Historia y gastronomía son dos ingredientes que combinan a la perfección. Ambos forman parte del pasado, presente y futuro de todas las ciudades. Y por supuesto Palma no es una excepción. Deja que te sumerja por sus lugares más emblemáticos, aderezados con ingredientes dulces, salados y servidos con un buen vino, por supuesto, de Mallorca.

